Este pequeño libro de canto se muestra como una aportación musical no sólo para el ámbito hispanoamericano, sino también en el germanófono en cuanto a arreglos musicales se refiere.
La intención con esta obra es la de ampliar, en lo posible, el cancionero escultista, tomando como primer acercamiento la música alemana, especialmente la interpretada por los grupos juveniles como los Wandervogel y retomado por los Scouts alemanes. Es relevante señalar que los Wandervogel fueron quienes iniciaron el aporte a la música adolescente y juvenil con la publicación de su libro Der Zupfgeigenhansl en 1909 por Hans Breuer.
Según Dorothea Kolland, el movimiento musical juvenil ser formalizó en 1918, tras el libro de Fritz Jöde Musikalische Jugendkultur, (Cultura Juvenil musical), que se unían a las publicaciones de Walther Hensel y Hans Breuer, quienes se encargaron de expandir la música en el ámbito juvenil. La práctica musical de los Wandervogels tenía la intención de divulgar la enseñanza del canto de la mano de la guitarra laúd al caminar alrededor de fogatas en un ideal de música coral, efectuándose para ello numerosas lecciones de canto abiertas y semanas completas de canto (a manera de campamentos), comúnmente combinadas las con las habituales estancias en albergues y casas juveniles alemanas.
Esta forma de enseñanza del canto estructura la educación musical extraescolar infantil, adolescente y juvenil como un referente en Alemania hasta nuestros días, habiendo muchas organizaciones de infantes y adolescentes, como los scouts, que emplean gran parte de su programación en la enseñanza musical.
El desarrollo musical permitió que algunos compositores como Walter Hensel publicaran arreglos de canciones folclóricas desde 1923 con dicho propósito educativo, en tanto el profesor de música Fritz Jöde fundó el Finkensteiner Bund, en la cual publica seis folletos Die Musikanten, Lieder für die Schule (Los cantantes, música para la escuela) organizando numerosas semanas de canto.
Sobre las semanas de canto, se tienen referencias de domingos de cantata con 300, 600 y hasta 1000 participantes y más de 50 semanas de canto en Hohenloher, dirigidas por el pastor Heinrich Mohr de Sylva (1891-1989) o junto con él de 1929 a 1962.
Con estos referentes educativos tan interesantes es que damos a conocer este cancionero aportando al final una pieza de mi autoría, agradeciendo enormemente el trabajo y apoyo de José Ernesto al dedicarle muchas horas en los arreglos con la finalidad de enriquecer la música y darle un toque desde México.
