Estamos conscientes de que no se puede hablar de derechos de infancia y adolescencia si la propuesta no se funda en el amor, en donde chicas y chicos encuentren un espacio de cariño, soporte, apoyo y solidaridad ante los retos que se les van presentando al construir su mundo.
Para nosotros la propuesta escultista se configura dentro del acompañamiento, aprovechando el compromiso de cambio y transformación personal de los beneficiarios con el fin de construir encuentros dialógicos en la que todas y todos aprendemos-haciendo, maximizando la interacción con sus pares, y con la mentoría de las y los educadores adultos, brindar un conveniente aliento y motivación amorosos.
Es requerido evitar la interferencia del desarrollos de los propios beneficiarios mediante el respeto de sus saberes, en tanto se generan mediatizaciones a través de la confrontación con la realidad.

Consecuentemente, el medio didáctico del escultismo por excelencia es la naturaleza, en la que nos consideramos parte integral apelando a su protección desde una posición biocéntrica, y por ello, el cuidado de la naturaleza para nosotros también implica el desarrollo integral de los sujetos, desde los aspectos psicológicos, alimentarios, de vestido y educación.